Hacía muchos años, tantos que ya no recuerdo cuando pasé una noche soñando, despertando, voviendome a dormir y con el despertador toda la noche en la cabeza. En años anteriores, el día de apertura era un mero tramite a la perdiz de "plastico", para quitar el "risiu " de los alleranos, con suerte se mataba la primer arcea por todos los santos, pero era una lotería que ni mucho menos me alteraba el sueño. Las perdices son otra cosa, las perdices entán ahí, no dependen de la suerte, del frío o de los vientos, la cita con ellas el primer día solo lo puede entender otro apasionado del prrrrrrrrr !hay van!
Pasado Páramo, enseguida vimos la nieve en la carretera, subiamos prudentes, la rodada de Fran se marcaba en la carretera, y temiamos encontrarlo parado en cualquier parte, fué muy arriba donde encontramos al opel peleando con la nieve con una manifiesta falta de tracción, aquí la cangoo es mucho más eficaz, y le devolvimos el adelantamiento como en el cuento de la liebre y la tortuga. Coronado el puerto vimos que la nieve cubría todas las partes altas con una delgada capa de nieve.
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