viernes, 16 de octubre de 2009

las ultimas del año

Estas si mal no recuerdo fueron las últimas arceas de la temporada pasada, las ilusiones están puestas en el presente, la sequia de momento no augura un buen comienzo. La perdiz era la pieza reina no hace tantos años de los primeros días de temporada, pero en Asturias las especies cinegéticas de caza menor están en horas bajas, no tenemos perdiz, los bandos rara vez superan los 8 individuos, y las más de las veces entre 4 y 6, lo cual desaconseja totalmente el aprovechamiento cinegético, sin que exista una razón clara para esto, cierto que el jabalí, los mustélidos, zorro, rapaces son más abundantes, pero las zonas de las reservas como Yernes y Tameza, que conservan el habitat ideal y un equilibrio de las poblaciones de predadores, deberian tener una elevada población de perdiz y no es así, otras zonas tradicionalmente perdiceras como Somiedo vieron disminuida su población tras la declaración del parque, lo que demuestra que dejar las especies al pairo no aumenta su población, porque no es la caza la razón de su declive, sino otras como el abandono del campo, la falta de control del matorral (quemas controladas) la disminución de ganado en los puertos y un largo etcetera, aunque lo unico que a nuestros gestores se les ocurrió fue prohibir la caza menor, y ninguno fuimos capaz de presentar una alegación coherente ante tamaña desfachatez, la ultima víctima fue el coto de Teverga, creo que llegó el momento de unirse en consenso y obrar en consecuencia, para ver los terrenos al N de la cordillera recuperar las poblaciones perdiceras que perdieron, porque la caza sostenible es un bien legítimo y un derecho de los cazadores, prueba de ello es que en el simposio de la perdiz realizado en Tineo, se comento que la perdiz es más abundante en los cotos que en las reservas lo que indica la nefasta o nula gestión de la misma en ellas.

Nido de arcea

Las esperanzas de muchos de nosotros, estan puestas en puestas como esta, pero no en Cangas sino en el N. de Europa. Esperemos que las lluvias lleguen para humedecer el bosque y que los vientos, como en años anteriores sean favorables. Pensemos que el ave añorada solo pone cuatro huevos que en ocasiones como esta son abandonados, seamos pues prudentes pensando que cuantas más dejemos ir a cumplir con su ciclo biológico, más regresaran para que tengamos dias memorables, donde el sol nos sorprende en cualqier lugar apartado con el corazón en un puño una vez más.