jueves, 30 de junio de 2011

Perdigones


Mi modo preferido de criar las perdices es confiar los huevos a una gallina, preferiblemente de raza combatiente. Los primeros días hasta que pluman en un lugar cerrado y caliente, luego a un jaulón al aire libre, que se pueda abrir para que la gallina enseñe a sus hijos adoptivos a buscar alimento y a defenderse de los peligros que se ciernen sobre ellos.

Güarando IIII

Resulta curioso que las dos estén incubando pegadas a la tela metálica, donde cualquier predador se puede acercar y darles un susto de muerte, pero otras que ya lo intentaron en años anteriores siempre se decantan por este sitio.

Güarando III

Aquí está una de las tres faisanas, en la misma tarea que la perdiz, en ellas no me sorprende, pues si están en un sitio amplio no ponen tantas pegas a la hora de incubar, es más yo creo que es lo normal, o al menos esa es mi experiencia.

Güarando II

Es el macho el que empezó la incubación, el año pasado fue él quien se encargó más de los pequeños, otros años se realizaba la puesta pero sin resultado, hasta que hace dos años le entregué a sus propios hijos sacados con incubadora y no dudó en adoptar, no sé si eso tuvo algo que ver pero ahora él se encarga de los huevos.

Güarando


Así llamamos en Asturias a la incubación, por estas fechas, como cada año ilusiona esto de la reproducción de las perdices en cautividad, espero que este año tenga más suerte que el pasado y consiga sacarlos adelante. La intención: investigar, disfrutar y tratar de conseguir perdiz de calidad, que al ser criadas por sus padres no tengan problema en incubar llegada la ocasión.