Lo más destacable cinegéticamente hablando del verano, fue acompañar a Adrián a cazar una rebeca. Con las nubes a nuestros pies, y derrochando alegría por el lance, con toda la emoción que conlleva el rececho de alta montaña, sentimos que tocábamos el cielo, si existe un paraíso para el cazador de rebecos... debe ser algo así.
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Grandes cazadores y amigos posan en la foto!!Enhorabuena por un buen día de caza de rebecos
ResponderEliminarAlejandro