No estaré este año cuando lleguen las primeras codornices
buscando corzos. No veré florecer las gencianas del “montucu” en Julio, cuando
buscaba el alivio de su sombra, ante el sol implacable del verano. No estarán
marcándome el camino los días de otoño las siempre hermosas amanitas muscarias,
ni la huella del lobo, ni la letrina del tejón, no, este año ya no toca
amanecer aquí, y aunque la ilusión puesta en el nuevo cazadero no es poca, no
impide que escriba con nostalgia, porque estuve muy a gusto allí, y no descarto
volver.
La apuesta nueva
es alta, y la cantidad de perdiz mayor, pero como de perdiz hablamos, cazar no
siempre es matar, cazador se es por haber cazado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario