jueves, 11 de octubre de 2012

EL DÍA DE LAS PARDAS

Al acercarme empieza a guiar, unos pasos y muestra firme de nuevo, me acerco para intentar acariciarla para premiar su labor, pero la tensión de la muestra se trunca con el vuelo de las perdices, no las veo, pero salen sin cesar a unos metros de mí entre los piornos, son pardas. Lleno un sobre con las plumas que puedo recoger, acaricio a la perra y le doy agua. Se vieron nueve quizá fueran más, un buen bando en cualquier caso.
  La parda a lo largo del tiempo ve reducirse su área de dispersión, por razones que desconozco, sigue criando bien en zonas con altura sufuciente,zonas que aún conservan algo de lo que ya carecen otros territorios que antaño las albergaban y no sabemos qué, algo similar a lo que le ocurre al gallo, pero en cualquier caso Alma cazó muy bien.Con un brillo especial en mis pupilas ajusticio un plátano y un bocadillo de lomo que comparto con ella, se lo ganó con creces.

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